miércoles, 18 de abril de 2007

Política y política

Me encanta la Política y detesto la política. Parece un contrasentido, pero creo que no lo es:
La Política que me gusta, y que es posible que sea algo utópico que sólo exista en mi imaginación, debió darse hace muchos siglos, y consistía en la administración de los bienes públicos en beneficio de las ‘personas de a pie’, llámense súbditos, ciudadanos o como se quiera.
En aquella época, los políticos se preocupaban por administrar los bienes públicos con el mismo cuidado, al menos, que el que ponían en los suyos propios.
Pero hoy las cosas han cambiado y lo que generalmente se llama Política no merece la letra mayúscula de su inicio: es simplemente política o, si se prefiere, detentación de cargos públicos.
Hoy en día, un gobernante que se precie no es fácil que se preocupe por el conjunto de sus súbditos aunque, evidentemente, dirá siempre lo contrario a voz en grito: se preocupará, como mucho, de aquello que interese a su propio partido, y eso solo en el caso de que no se limite a sus familiares, amigos y posibles “benefactores” futuros.
¿Conoce alguien a algún político –de cualquier signo- que se preocupe por no gastar un céntimo más de lo que gastaría si el dinero fuera suyo?
Creo que nos merecemos los políticos que tenemos, preocupados todo el día buscando la paja en el ojo ajeno, y que estaríamos mucho mejor si volviéramos a los orígenes.